Carrera marcha atrás con un antiguo campeón de rallies en el Polestar 4
Dos pilotos. Una pista helada. Un Polestar 4. Y una carrera, pero al revés.
Mi trabajo como escritor me ha llevado a muchos lugares interesantes, donde he conocido a gente fascinante y he vivido experiencias muy diversas. Pero mi última aventura se lleva la palma: competir con un antiguo piloto de rallies en un lago helado del Círculo Polar Ártico. ¿Que si tengo experiencia en rallies? La verdad es que no. ¿Y en competir sobre hielo? Tampoco, (bajo) cero. Por suerte para mí, ninguno de los dos había participado en una carrera marcha atrás hasta ese momento.
La idea de una carrera en la que se utilizara únicamente el espejo retrovisor surgió a raíz de una tormenta mediática reciente en todas las cuentas de Polestar de redes sociales. Este repunte de actividad lo provocó el anuncio de que el Polestar 4 no tendría luna trasera, sino una cámara de visión trasera conectada a una pantalla digital de alta definición donde tradicionalmente se situaría el espejo retrovisor.
Seguidores, comentaristas, fans, partidarios e, inevitablemente, detractores, sentían curiosidad por saber cómo se comportaría esta tecnología con lluvia, nieve y oscuridad en comparación con un retrovisor tradicional. (Hemos abordado todas estas situaciones en artículos que tienes disponibles en los hipervínculos anteriores).
Dado que el movimiento en el que más dependemos del espejo retrovisor es la marcha atrás, la carrera marcha atrás se diseñó como la prueba definitiva de afinidad entre la persona que conduce y el espejo retrovisor. Solo que esta vez, Joakim Rydholm (jefe de Desarrollo de Chasis) y yo dependeríamos de una pantalla digital de alta definición para dar marcha atrás en nuestra pista de hielo particular.
Había muchísimas expectativas del equipo en juego. Ya al volante, podía sentir el peso de todas ellas sobre mis hombros, empujándome firmemente hacia el asiento. Uno de los técnicos me dijo que no se atrevería a conducir con Joakim de copiloto, y mucho menos a competir contra él. Yo, en cambio, no tenía elección. El deber me llamaba.
No voy a romper ningún código periodístico revelando quién ganó (tendrás que ver el vídeo para descubrirlo), pero lo que sí diré es que el retrovisor interior digital del Polestar 4 es perfecto, ya que ofrece un amplio campo de visión y una imagen muy nítida. Joakim, como preparador, fue insistente cuando tuvo que serlo y me animó cuando lo necesité, así que le pongo un notable alto. Y a la experiencia de conducir en un lago helado del Círculo Polar Ártico, sin ninguna duda, le doy un 10.
Si quieres aprender a conducir como si fueras profesional, lee nuestra última guía práctica con Joakim Rydholm, que puedes encontrar aquí.
¿Quieres más información sobre el Polestar 4? Consulta todas sus especificaciones en https://www.polestar.com/es/polestar-4/.
Words by Nicole DeLay
Nicole is a writer and creative based out of the Polestar HQ in Gothenburg, Sweden. With a focus on lifestyle, ideas, and sustainability, she looks at automotive in a broader sense than just cars. With more than three years working at Polestar, Nicole is a senior contributor to the Polestar editorial site.